Por Ramón Duarte
Las obras de Alejandro Ravizza, ubicadas dentro del Centro Histórico de Asunción (CHA), hablan a voces de una multitud de hechos, acontecimientos y personajes de la historia paraguaya.
De la persona de Ravizza se conoce poco. Tal vez haya algún daguerrotipo ajado en algún baúl asunceno, pero Google no ofrece imagen alguna de este arquitecto italiano. Algunos historiadores lo llaman el arquitecto de los López, porque es el que construyó los monumentos más emblemáticos de ese periodo, el que representó el esplendor del Paraguay de los López.
Llegó al país en 1854 invitado por el entonces presidente Don Carlos Antonio López, quien proyectaba una transformación urbana luego del largo periodo francista, teniendo como referencia la arquitectura europea.
Según la opinión calificada de varios arquitectos, los diseños de Ravizza marcaron el predominio del estilo ecléctico, y propulsando las modificaciones sustanciales de la arquitectura asuncena en la segunda mitad del siglo XIX.
Pero más allá de lo estrictamente arquitectónico, sus obras se convirtieron en patrimonio –propiedad común- de la nación paraguaya, inscriptas en una memoria colectiva común; memoria que cuenta hechos, acontecimientos y personajes compartidos por todos los que habitamos este territorio.
Las obras de Ravizza están lejos de ser piedras, cemento y arena muertos. Sus gruesas paredes, sus imponentes pilares, sus grandes estructuras de hierros, sus cúpulas celestiales retuvieron los ecos de incontables guerras fratricidas, de babilónicas corrupciones públicas, de ingobernables manifestaciones populares. Atrapados dentro y entre sus construcciones, esos ecos siguen hablándonos de historias del Paraguay.
Pase a escuchar algunos de esos relatos de cuatro de sus obras principales:
Tropas brasileñas y argentinas ocupan el Palacio entre 1869 y 1870. Fuente: internet.
El Palacio de Gobierno
(Las opiniones de los historiadores están divididas si su arquitecto fue el inglés Alonso Taylor o Ravizza). A partir de la presidencia de Juan B. Egusquiza (1894-1898), desde este edificio gobernaron los presidentes del Paraguay, hasta hoy. El mismo edificio que las tropas aliadas, en 1869, bombardearon; el que fue saqueado por las tropas brasileñas y argentinas (la foto muestra ese hecho) ese mismo año; en donde el General Andrés Rodríguez dio su primer discurso de apertura a la democracia, luego de derrocar al dictador Alfredo Stroessner. En los jardines de este palacio cayeron varios jóvenes estudiantes, acribillados por las metralletas de la guardia presidencial del entonces magistrado José P. Guggiari.
Fuente: internet.
El Cabildo
En este edificio fueron velados los restos de Augusto Roas Bastos en abril del 2005, el más renombrado escritor paraguayo; desde este lugar legislaron, en la época colonial, los primeros ediles de Asunción, cayeron varios de los 8 jóvenes que fueron asesinados en el Marzo Paraguayo de 1999, legislaron desde 1954 hasta 1989 los legisladores obsecuentes al dictador Stroessner. Este edificio presenció, mudo pero con finos oídos, las más importantes manifestaciones y protestas populares del periodo post dictadura.
El palacio visto desde la calle Colón mirando hacia la calle Estrella. Fuente: internet.
El Palacio Venancio López (hoy Hotel Palace)
Ubicado sobre las calles Colón y Estrella, perteneció al hijo menor de Don Carlos, Venancio. Aquí estreno con una orquesta su primera guarania José Asunción Flores, en 1928, ante la presencia del entonces presidente Eligio Ayala. Aquí, convertido en hospital, fueron atendidos miles de soldados heridos y luego muchos de ellos muertos, evacuados de la guerra en el Chaco. A su costado pasó –sobre Estrella- el primer tranvía eléctrico, en julio de 1913.
El Panteón visto desde la actual calle Nuestra Señora de la Asunción casi Palma. Fuente: internet.
El Oratorio de la Virgen de Asunción y Panteón Nacional de los Héroes
Aquí fue enterrado, en medio de una multitud, el Mariscal José Felix Estigarribia, en 1940. Frente a este edificio vino una multitud de paraguayos y paraguayas a festejar el pase de la selección paraguaya de fútbol a los cuartos de finales del Mundial España 2010; en este lugar yacen los huesos del Mariscal Francisco Solano López y de Emiliano R. Fernández, el mayor poeta popular del Paraguay.
